Ubicada a 1,5 KM al este de la ciudad de Dominical Puntarenas, y a 2 km al este de la playa de Dominical, se encuentra Finca Pacífica Barú, una propiedad de 34 hectáreas, propiedad de una familia costarricense. Una propiedad con vista al mar, bordeando la carretera pavimentada que conecta Dominical con Pérez Zeledón.

El terreno que alguna vez fue una finca ganadera ahora está compuesto por bosque primario y secundario, 8 sitios pequeños con vistas al océano muy privados, dos grandes sitios comerciales, dos arroyos y dos pequeñas cascadas que han sido cuidados y protegidos delicadamente, durante al menos 40 años, debido a los esfuerzos que el Refugio de Vida Silvestre Hacienda Barú comenzó en la década de 1980.

La antigua finca ganadera ahora es hogar de una exuberante vida silvestre, árboles gigantes, cascadas y cursos de agua, manteniendo sus caminos internos y sitios potenciales de construcción, que serían la ubicación ideal para un pequeño hotel, un centro de retiro o un complejo residencial privado. Su proximidad a Dominical (2 minutos), Uvita (15 minutos), Manuel Antonio Quepos (30 minutos) y Pérez Zeledón (40 minutos), sus vistas al océano, al atardecer y al bosque, y sus límites compartidos con Hacienda Barú, hacen de Finca Pacífica Barú, la mejor ubicación para el desarrollo de emprendimientos comerciales o residenciales.

Los dos grandes sitios comerciales, compuestos por terreno plano despejado, ubicados a lo largo de la carretera pavimentada hacia Dominical, permiten un acceso inmediato por carretera y grandes espacios de construcción para áreas de recepción, espacios de estacionamiento, restaurantes, tiendas, cabañas, habitaciones u otras actividades comerciales de alto tránsito.

Un camino de tierra existente atraviesa 14 de las 34 hectáreas, llevándote a través de las diferentes elevaciones del bosque secundario, mostrando su intensa vegetación, subiendo hasta las partes más altas de la propiedad donde, el paraíso revela sonidos mágicos del océano cercano, pájaros, monos y la brisa fresca que sube desde la desembocadura del río Barú al entrar en el Océano Pacífico. Aquí es donde encontramos los sitios de construcción potenciales naturales despejados y sombreados.

En estos niveles más altos de la propiedad, las vistas al océano y al atardecer te retendrán. Vale la pena repetir el hecho de que al mirar el océano, también estás escuchando su ritmo, calmando tu espíritu y haciéndote apreciar los esfuerzos de aquellos que hace casi 50 años decidieron que esta área necesitaba ser protegida, y mantenerla para una mente consciente que realmente pueda disfrutarla, compartirla y protegerla.

Finca Pacífica Barú, no es una propiedad de desarrollo sino un verdadero santuario que merece ser propiedad solo de un alma que pueda comprometerse con su uso y protección responsables, al mismo tiempo que disfruta y comparte esta tierra con aquellos que han estado atrapados en nuestro abrumador mundo.

De las 34 hectáreas, aproximadamente 20 han sido destinadas para un refugio de vida silvestre privado, albergando actualmente tres especies conocidas de monos, venados, perezosos, pacas, pumas, jaguarundis, guacamayos escarlata, pecaríes, pavos silvestres, serpientes, ranas, tucanes y miles de especies de aves. Tales tierras boscosas son una bendición para nuestra comunidad y merecen y se mantendrán de esa manera.

En 1985, una familia alemana decidió invertir en la visión que una vez soñó el Sr. Jack Ewing y otros propietarios de Hacienda Barú. Dicha pareja y el Sr. Ewing, ahora en sus 90 años, decidieron pasar esta tierra privilegiada a un individuo, a una familia o a un grupo de mentes conscientes que puedan disfrutar de la propiedad al mismo tiempo que se comprometen a hacerlo de manera responsable, como se hizo en Hacienda Barú hace 48 años, lo cual ha demostrado ser factible y sigue vivo y operativo.

A principios del siglo XX, Hacienda Barú era toda selva virgen. Con los colonos llegó la destrucción de grandes áreas de selva tropical. A medida que más personas emigraban al área, se taló mucho más bosque y se plantaron pastos. Pequeñas parcelas de selva y unos pocos bosques dispersos en las tierras bajas quedaron intactos.
DZLocated at 1.5 KM east from the town of Dominical Puntarenas, and 2 km east from Dominical beach, sits Finca Pacífica Barú, a 34-hectare property, owned by a Costa Rican family. An ocean View property, bordering the paved road that connects Dominical with Pérez Zeledón.
The terrain which was once a cattle ranch is now composed of primary and secondary Forest, 8 small very private Ocean view sites, two large commercial sites, two creeks and two small waterfalls which have been delicately cared for and protected, for at least 40 years, due to the efforts that Hacienda Baru Wildlife Refuge started back in in the 1980´s.
The once cattle ranch is now home to exuberant wildlife, giant trees, and waterfalls and water ways, yet keeping its internal roads and potential building sites, which would be the ideal location for a small hotel a retreat center or a private residential compound. Its proximity to Dominical (2 minutes), Uvita (15 minutes),Manuel Antonio Quepos (30 minutes ), and Pérez Zeledón (40 minutes), its Ocean, Sunset and Forest Views, and shared boundary lines with Hacienda Barú, make of Finca Pacifica Barú, the best location by far for the development of such a commercial or residential ventures.
The two large commercial sites, composed of flat cleared terrain, located along the paved road to Dominical, allow for immediate road access, and large building spaces for reception areas, parking space, restaurants, stores, cottages, rooms or cabins and other higher transit commercial activities.
An existing dirt road travels through 14 of the 34 hectares, taking you through the different elevations of secondary forest, showing off its intense vegetation, rising up to the highest parts of the property where, paradise reveals magical sounds of the close by ocean, birds, monkeys and incoming fresh breeze which rises from the Baru River mouth as it enters into the Pacific Ocean. Here is where we find the cleared natural shaded potential building sites.
At these highest levels of the property, the Ocean views and sunset views will retain you. Worth repeating the fact that when looking at the Ocean, you are also listening to its beat, soothing your spirit and making you appreciate the efforts of those who almost 50 years ago decided this area needed to be protected, and keeping it for a conscious mind that can really enjoy it, share it and protect it.
Finca Pacifica Barú, is not a development property but a real sanctuary which deserves to be owned only by a soul that can commit to its responsible use and protection, whilst at the same time enjoying and sharing this land with those that have been trapped in our overwhelming world.
Out of the 34 hectares, approximately 20, have been destined for a private wildlife refuge, currently housing three known species of monkeys, deer, sloths, pacas, pumas, jaguarundis, scarlet macaws, peccaries, wild turkeys, snakes, frogs tucans and thousands of species of birds. Such forested lands are a blessing to our community and deserve and will be kept that way.
Back in 1985 a German family, decided to invest in the vision which was once dreamed by Mr. Jack Ewing and other owners of Hacienda Barú. Such couple and Mr. Ewing now at their 90´s decided to pass this privileged land on to an individual, to a family or to a group of conscious minds who can enjoy the property while at the same time committing to doing so in a responsible way, such as what was done in Hacienda Baru 48 years ago, which has proven to be feasible and which is still alive and operational.
At the beginning of the 20th century, Hacienda Barú was all virgin jungle. With the settlers came the destruction of large areas of rainforest. As more people migrated to the area, much more forest was cleared, and pasture was planted. Small tacks of rainforest and a few scattered forest parcels in the lowlands were left untouched.
DZ