Las propiedades heredadas son activos escasos y valiosos. Pocas personas o familias tienen la suerte de poseer tierras con características tan benditas: pastizales abiertos en las laderas de las colinas, establos para caballos, montículos cubiertos de hierba, árboles frutales, bosques centenarios, agua durante todo el año e impresionantes vistas al océano. Esta parcela de 100 acres se encuentra a solo quince minutos de Playa Dominical y a menos de una hora del aeropuerto de Quepos y de Marina Pez Vela. Muy pocas propiedades como esta están disponibles en el mercado actual. La parte superior del terreno cuenta con acceso para todo tipo de clima y está rodeada por una casa de lujo (también disponible para la compra) y otros vecinos bien valorados. Dentro de la sección superior hay varias crestas prominentes que ofrecen vistas al océano con vistas de la costa, la puesta de sol y hasta el Parque Nacional Manuel Antonio. Los propios establos de caballos cuentan con algunas de las vistas más espectaculares de la propiedad, con más de 25 millas de aguas bravas de la costa del Pacífico. Rodeado por la propiedad por tres lados, se encuentra la selva tropical antigua que protege una cuenca de agua que se encuentra debajo, ubicada en la propiedad. Senderos bien mantenidos para caminar y montar a caballo atraviesan la propiedad. La sección superior de la propiedad tiene una importante fachada a la carretera (así como caminos agrícolas internos), acceso al suministro eléctrico nacional, Internet y también derechos formales de agua. El terreno se presta a muchos usos, como el desarrollo residencial o de hoteles boutique, o un rancho muy exclusivo. Quizás la característica más atractiva de la propiedad es que la Reserva Lagunas está rodeada por otras dos reservas: la Reserva Guapil, que mide otros 100 acres aproximadamente, y la Reserva de Vida Silvestre Barú (una parcela icónica de conservación), que mide más de 800 acres y se extiende hasta la playa de Guapil. En conjunto, esto representa alrededor de 1,000 acres de selva tropical prístina, fuentes de agua pura, abundante vida silvestre, privacidad privilegiada e integridad de la tierra a largo plazo.
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2 C R R ELegacy properties are scarce and valuable assets. Few individuals or families are fortunate enough to own land with such blessed features: open hill-side pastures, horse stables, grassy knolls, fruit trees, old growth forest, year-round water and stunning ocean views are all featured here. This 100 acre parcel sits just fifteen minutes from Playa Dominical and less than one hour to the Quepos airport and Marina Pez Vela. Very few properties like this are available in today's market. The upper area of the land features all-weather access and is bordered by a luxury home (also available to purchase) and other well-valued neighbors. Within the upper section are several prominent ridges that provide ocean views with vistas of the coast line, sunset and all the way to Manuel Antonio National Park. The horse stables themselves boast some of the most dramatic views of the property, featuring over 25 miles of whitewater Pacific Coast line. Surrounded by the property on three sides is the old-growth rain forest which protects a water shed below, located on the property. Well maintained walking and riding trails traverse the property. The upper section of the property has significant road frontage (as well as internal farm roads), access to the national electricity provide, internet and also formal water rights. The land lends itself to many uses such as residential or boutique hotel development, or one very exclusive ranch. Perhaps the most attractive feature of the property is that the Reserva Lagunas is bordered by two other reserves, the Guapil Reserve which measures another approx 100 acres and the Baru Wildlife Reserve (an icon conservation parcel) which measures over 800 acres and continues all the way the Guapil Beach. Together, this represents around 1,000 acres of pristine rain forest, pure water sources, abundant wildlife, privileged privacy and long term integrity of the land.
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