Este lote de 5,999 m² frente a Cuatro Cuatros se asienta sobre una pendiente privilegiada, una elevación natural que regala vistas ininterrumpidas a la bahía de Ensenada, la majestuosa Bufadora y la imponente Sierra de Juárez. Aquí, el horizonte se extiende sin barreras, ofreciendo una panorámica donde el océano, las montañas y el cielo se funden en un espectáculo cambiante de luz y color.
Al frente, una zona de conservación protegida por Cuatrocuatros resguarda la esencia del paisaje. Un territorio intacto, donde la naturaleza dicta el ritmo y la tranquilidad se convierte en parte del día a día. No hay construcciones que interrumpan la vista, solo la pureza del entorno, la brisa marina y el sonido del viento entre las colinas.
Detrás, en estas mismas alturas, está tomando forma el centro de yoga más importante de la región, un espacio de bienestar y conexión profunda con el cuerpo y la naturaleza. Alrededor, una comunidad vibrante de artistas encuentra inspiración en estos paisajes, dando vida a una de las escenas artísticas más relevantes del norte de México. Nombres como Héctor Herrera y Uri Averbuch han hecho de estas colinas su refugio creativo, transformando la zona en un epicentro de expresión y cultura.
A solo 15 minutos, San Miguel espera con su oleaje perfecto, una de las mejores playas de surf de la región. Para quienes buscan más que el mar, los senderos serpentean entre colinas y valles, invitando a caminatas, paseos a caballo y momentos de contemplación en medio de la naturaleza indómita.
Este lote es una oportunidad única para crear un espacio de retiro, un hogar que dialogue con el paisaje o un pequeño hotel boutique donde el lujo se traduzca en autenticidad, serenidad y conexión con el entorno. Un rincón privilegiado dentro de Cuatrocuatros, donde cada amanecer es una obra de arte y cada atardecer, un momento de pausa y gratitud.