Pueblo Morebi: Un Santuario de Vida y Ensueño en Bacalar
En el corazón vibrante de Bacalar, donde la selva murmura historias ancestrales y la brisa acaricia con susurros de eternidad, emerge Pueblo Morebi, un enclave residencial diseñado para quienes buscan una existencia en comunión con la naturaleza.
Un Refugio Entre Cedros y Caobas
Más de 245 hectáreas de selva tropical envuelven este espacio, protegiendo un bosque vivo de cedros y caobas que han visto el amanecer de los tiempos. La biodiversidad es su alma: aquí, los árboles cuentan su historia y la fauna danza en armonía con el espíritu del lugar.
Ubicación Celestial
A solo 15 minutos de la Laguna de los Siete Colores, este paraíso se encuentra a un suspiro del corazón de Bacalar, a 40 minutos del Aeropuerto de Chetumal y con acceso fluido a destinos como Mahahual y Tulum. Desde cualquier punto, el alma aventurera encontrará caminos que conducen a maravillas naturales y playas de ensueño.
Inspiración y Diseño Sostenible
Bajo la etérea influencia de los bosques de bambú de Kioto, Pueblo Morebi ha sido concebido como una obra maestra de respeto ambiental y arquitectura consciente. Sus construcciones emergen como un tributo a la tierra, integrando instalaciones subterráneas y una planeación urbana que honra la conservación del planeta.
La Vida en Pueblo Morebi
Cada rincón de este santuario ha sido pensado para el bienestar integral:
Casa club con spa, gimnasio y alberca de aguas tranquilas.
Espacio de coworking para inspirar nuevas ideas y proyectos de vida.
Restaurante, mercado y pabellón comercial, donde los sentidos despiertan en un festín de sabores y artesanía.
Gran Parque Morebi, un santuario donde los cedros y caobas se alzan como guardianes de la historia.
Con terrenos residenciales desde 800 m² hasta 1,800 m², cada propiedad se convierte en un lienzo para pintar sueños. Seguridad privada, espacios comunes y un proyecto arquitectónico gratuito completan esta propuesta única.
Un Hogar Donde el Tiempo se Detiene
Por $1,085,797 MXN, Pueblo Morebi no solo ofrece un terreno, sino una promesa de vida: un rincón donde el lujo se viste de naturaleza, donde la tranquilidad respira en cada amanecer y donde el espíritu encuentra su verdadera esencia.